viernes, 10 de mayo de 2013

DEMOCRACIA Y SOCIEDAD


DEMOCRACIA Y SOCIEDAD CIVIL PARA EL DESAROLLO:
Fabián Orozco Méndez
Tutor.


La forma como se ha estructurado la organización social, el manejo del Estado, la forma de gobierno y los modelos de desarrollo diseñados en Colombia, han facilitado la profundización de las diferencias entre las relaciones de clases, el empobrecimiento de la población, la concentración de poderes y con ellos, los enfrentamientos armados entre los distintos grupos sociales, como única solución a esos problemas.
La concentración en el poder político y la dirección del Estrado han conllevado a la plutocracia y el nepotismo como maneras de administrar la cosa pública, de facilitar la apropiación de los recursos y bienes por una pequeña parte de la población, resultado de los modelos de desarrollo aplicados. Todos estos hechos confirman las diferencias económicas existentes en la sociedad y la agudización de los conflictos.
Esos modelos de desarrollo instaurados han quebrado a la poca base económica nacional y producido el debilitamiento de la clase media colombiana. Como consecuencia de estos sucesos se ha fracturado también, a la gobernabilidad en el país, lo que ha polarizado más el antagonismo y el conflicto entre las clases sociales, es decir, entre los ricos y los pobres del país, y deteriorado la aparente estructura democrática del mismo.
Una solución a este estado crítico que vive la nación colombiana, es tratar de recuperar a la clase media, como estamento que sirve de enlace para la solución de las diferencias entre la clase adinerada y la marginada, a través de la Construcción de una Sociedad Civil sólida, capaz de restaurar los diálogos de acercamiento entre estos grupos sociales.
La reflexión que se plantea en este documento se hace como un ejercicio para llamar la atención acerca del papel que debe jugar la academia y el conocimiento en la solución de los problemas del país, a partir de la Construcción de Sociedad Civil.


Presentación
Ha sido de mucho interés para todo país hacer una buena organización de su territorio, y desde luego de su sociedad; para lograrlo, es menester conocer la cantidad y disponibilidad de recursos con que cuenta para adelantar su proceso de crecimiento y facilitar el bienestar de su población; estas dos condiciones son necesarias y suficientes para obtener la estabilidad, tanto del territorio como de la organización social que se procura, ya que de las relaciones sociales que se den en ella, en el dinamismo de la producción y reparto de bienes entre los miembros de dicha sociedad, depende el bueno, malo o regular clima de organización social, esto es importante aclararlo porque de las buenas relaciones sociales que se presenten en una comunidad, esto es, igualdad en oportunidades, se desprende o mejor, se facilita, desde luego, el progreso de la misma
Sin embargo, es importante distinguir entre lo que significa el crecimiento como tal y el desarrollo económico como bienestar de la sociedad; esto último se logra a partir de la eficiente utilización de recursos y equitativa distribución de los ingresos, porque en una relación diferente lo más expedito es el conflicto. Pero la buena organización social también depende de los procesos que, en este sentido, se hayan dado a lo largo y ancho de su historia. Siguiendo en esa línea el análisis, para el caso colombiano, motivo de este trabajo, se ha observado que la crisis social y política que ella soporta se debe a la irregular forma de organización del Estado, a la desigualdad de oportunidades, el inequitativo reparto de los recursos y bienes entre la mayoría de la población que la conforman
Desde el punto de vista Político, la organización social colombiana ha girado en torno a la plutocracia y el nepotismo, lo cual ha constituido la base de las diferencias en la estructuración, manejo y orientación del Estado y la formación de los gobiernos. Lo económico no ha sido distinto de lo anterior, por cuanto los modelos de desarrollo propuestos han conducido a la concentración en la propiedad y en el quehacer de las actividades económicas, produciéndose así, en la historia del país, los enfrentamientos armados entre las diferentes clases sociales, como la única resolución a esas diferencias sociales, económicas y políticas, y con ellos, el deterioro de la economía
La crisis política y social que ha ahondado el problema económico en Colombia ha repercutido en la debilidad del Estado y en la fragilidad de la estructuración democrática de la sociedad, ya que la crisis económica ha golpeado fuertemente a la clase media, desplazándola hacia abajo, es decir, empobreciéndola; proceso que ha llevado a la polarización de las clases sociales y al recrudecimiento de los enfrentamientos armados como método de solución a los problemas subyacentes
Los tres últimos problemas señalados forman parte de la hipótesis que aquí se plantea: recuperación de la organización democrática de la sociedad colombiana como pilar fundamental de la convivencia pacífica, a través de la formación de una Sociedad Civil sólida, que sea capaz de liderar los acercamientos entre las dos clases sociales antagónicas – ricos y excluidos – y con ello, facilitar el desarrollo del país. El debate acerca de la Sociedad Civil en Colombia está por realizarse; es urgente que se adelante, en este documento se señalan algunos elementos que pueden tomarse como pautas para empezar la reflexión, ya que son tópicos del mismo problema
Referencia Histórica
Desde los mismos inicios del pensamiento doctrinario económico, que posteriormente se conocería como Liberalismo Económico, ha existido la preocupación de sus pensadores por conocer, estudiar y dar explicación a las diferencias económicas entre los pueblos y sus diversos grados de desarrollo; ello es así si se piensa en la diversidad de dotación natural de recursos entre unos y otros territorios. Y es fácil la comprobación de esa inquietud si se revisa, por ejemplo, el texto de Investigación Acerca de la Naturaleza y Causa de la Riqueza de las Naciones, escrito por Adam Smith en 1776.
Desde esas calendas, y en ese mismo sentido, muchos han sido los indicadores seleccionados para establecer las diferencias del desarrollo entre unos pueblos y otros; incluso, se han empleado diversos calificativos con el propósito de establecer el nivel de distanciamiento entre ellos; en tal sentido, se habla de países desarrollados, países en vía de desarrollo y países subdesarrollo; en la modernidad se emplean otros varios criterios: países del primer, segundo y tercer mundo, entre otros. Los indicadores seleccionados para este menester van desde los kilómetros de carreteras construidos que tenga una nación, los kilovatios consumidos/ hora mes por los habitantes, la tasa de crecimiento poblacional que ellos tengan, hasta los niveles de analfabetismo, ingresos per cápita obtenidos y el grado de democracia, como una buena forma de organización social y de gobierno que ellos hayan alcanzado. Este último indicador es sumamente importante para medir el grado desarrollo de una nación, por cuanto “la participación – lo mismo que la igualdad – son principios democráticos”. Hay que entender a la participación y a la igualdad en el sentido de las oportunidades.
Es de significativa importancia, en este documento y para el debate, el concepto que se tenga de democracia, porque en él radica el sentido y contenido de la reflexión que se hace, es decir, su esencia: recuperar para bien de la sociedad colombiana, y de todos los pueblos democráticos, la importancia que reviste históricamente la clase media, a través de la construcción de la Sociedad Civil; entendida la clase media como el estamento de la sociedad que procura y facilita mejor distribución de los recursos, ingresos y oportunidades en la colectividad, es la función histórico – social que le corresponde
Es importante hacer un paréntesis para referirse, desde diferentes puntos de vista, al concepto de democracia; y desde allí, poder entender mejor la relevancia y el papel que juega en la organización de la sociedad. Al respecto Amartya Sen, premio nóbel en ciencia económica 1998, – en su escrito desarrollo como libertad – se refiere a la importancia de la democracia y en ella a las libertades, como los instrumentos básicos para lograr el desarrollo; pero destaca, para ello, la prioridad de las libertades políticas y económicas como esencia de su argumento. Dice Sen:
“este tipo de opiniones se oye con frecuencia en los debates internacionales. ¿Por qué preocuparse por cosas finas como las libertades políticas si hay cosas tan gruesas como las acuciantes necesidades económicas? Esa cuestión y otras del mismo orden que reflejan las dudas sobre la urgente necesidad de reconocer las libertades políticas y los derechos humanos predominaron en la conferencia de Viena sobre los derechos humanos que se celebró durante la primavera de 1993 y en la cual los delegados de varios países se mostraron contrarios a defender en general los derechos políticos y humanos básicos en todo el mundo, especialmente en el tercer mundo. Se dijo que lo que habría que central la atención era, más bien, en los relacionados con las necesidades materiales importantes
En este tipo de análisis suele plantearse con frecuencia la siguiente pregunta retórica: ¿qué es lo primero que hay que hacer? ¿Erradicar la pobreza y el sufrimiento o garantizar las libertades políticas y los derechos humanos que de poco les sirven de todos modos a los pobres? ”.
Hay que destacar que Amartya Sen se refiere a las libertades, en el sentido de la ampliación de oportunidades, para ensancharlas y lograr el desarrollo social
Por su parte, el parlamentario Rodrigo Rivera explica a la democracia a través de la “organización de los territorios, dándose en forma federal su propio gobierno, dentro del marco de la participación ciudadana, para pedir libertad, pedir autonomía, más que recursos”
Desde otro ángulo, Luis Villar Borda se refiere a la democracia diciendo que
“en realidad se trata una opinión que refleja un pensamiento o una ideología política, es algo que concierne a una convicción personal sobre el origen, la naturaleza y el ejercicio del poder. ¿Puede confiarse al elector, al ciudadano, la decisión sobre quiénes hayan de gobernarlo? ¿Está bien que sean los propios administrados quienes escojan a sus mandatarios, a los gestores de los negocios públicos, o es peligroso y eventualmente perjudicial para la misma sociedad dejar en sus manos ese poder y es preferible buscar otros métodos y procedimientos para esos fines? Como puede verse, no se trata de un punto secundario, sino de algo esencial: es la diferencia entre una concepción democrática y una concepción autocrática”
Sin embargo, no se puede olvidar el concepto primario de Demos – pueblo – Cratos – autoridad –, de la floreciente sociedad griega; de donde emanaba toda ley aplicada al pueblo
En la medida en que los ciudadanos de un nación tienen igualdad en las oportunidades para ser elegidos como gobernantes y de elegir a sus gobernantes, se puede esperar que existe una sociedad más organizada, en cierta forma, democráticamente, porque se ha llegado a sentenciar, por ejemplo, que
“la elección de presidente de la república por el voto popular, universal y secreto de los ciudadanos es un principio democrático fundamental, sin que ello haga deducir que todo Estado con elección popular sea un Estado auténticamente democrático. Es elemental que la elección se refiere solo a un aspecto, el de la democracia política, que de otra parte no será real sino en la medida en que coexista con la democracia social y económica”
Desde este punto de vista, el grado de participación del ciudadano común en la elección de sus autoridades y de acuerdo con la sociedad en que viva lo habilita, desde una perspectiva, para ejercer un control directo sobre sus gobernantes; esa manera de mirar la estructura de la organización de una sociedad hace pensar en que existen diversas formas de gobierno y cada uno de estos dispone de su propia Constitución; originándose así tres formas de gobierno y, desde luego, tres formas de Constitución, con sus propios nombres y apellidos: Monarquía – Tiranía; Aristocracia – Oligarquía y República – Democracia. Sin embargo, la original organización social en torno a la democracia no siempre garantiza la participación y, mucho menos, la igualdad y el respeto de los derechos del ciudadano común
Las sociedades menos democráticas, y hay que utilizar esta expresión dado los diversos matices que ellas tienen, son un claro ejemplo de tal situación, ya que la exclusión y la negación que se hace al ciudadano, de alguno de sus derechos, conlleva a los enfrentamientos políticos armados, debido a la legal reclamación de los derechos que se le niegan, y que están establecidos por la Constitución. Es el caso de la sociedad colombiana, no obstante rezar en el Artículo uno (1) de la Carta Política que
“Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de república unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general”
De la compleja situación vivida en el país se desprende, como corolario, el deterioro de las relaciones sociales, políticas, la disolución de la clase media, el deterioro de su economía y por ende, el subdesarrollo del mismo. Los países de Latinoamérica son claros ejemplos también, de esta situación; sus gobiernos son débiles y por consonancia sus democracias también lo son
Este mar de calamidades – sociales, económicas y políticas – que se vive en la nación, tiene sus propias raíces. Una corriente de opinión es del criterio que está cimentado en la particular forma de organización y dirección del país y en la manera de hacer política, que históricamente lo ha caracterizado. Una razón suficiente para este supuesto es que en los países con procesos de violencia socio – político y malestar económico, el deterioro en la estabilidad de sus autoridades y el bienestar material de la población se reflejan en las condiciones de su democracia, ya que ésta se hace frágil en la medida en que la clase media, que hace de enlace o de colchón entre la clase pobre (lea excluida) y la clase rica para facilitar la toma de decisiones y la aplicación de las políticas con miras al desarrollo, se empobrece también, es decir, se diluye, poco a poco , como consecuencia del deteriora de su propia y buena condición económica; quedando únicamente como medio de relación las dos clases antes mencionadas, esto es, se produce la polarización de las fuerzas sociales y con ella la agudización de los conflicto
Otro grupo de críticos, acerca de la crisis que soporta la sociedad colombiana, argumenta que
“la crisis actual no es reducible a la violencia. La violencia anida en la crisis y es la forma extrema de su expresión. Por consiguiente, lo que resulta imperativo, es identificar los factores que han precipitado al país a esta profunda crisis y que han propiciado el uso de la fuerza como medio de resolver los diversos conflictos, individuales o colectivos, en la perspectiva de construir un orden en el que se aminoren las desigualdades y los antagonismos, y que en cualquier caso no se aborden a través del enfrentamiento violento"
La razón de las anteriores afirmaciones se encuentra en el proceso de configuración, en la historia, de la sociedad colombiana y en el modelo liberal de desarrollo, que fue diseñado para modernizar al país desde los inicios del siglo XX: basado en la agroexportación y sustitución de importaciones que se convirtió, en el transcurso del tiempo, “en un modelo integrador de los intereses de las élites dominantes, pero profundamente desintegrador de los interese sociales, que ha significado la subordinación del Estado, minimizando su función de interpretar, gestionar y regular los intereses colectivos. De esta forma se comprenden las dificultades para configurar un espacio público en el que se puedan expresar y resolver los conflictos sociales. El Estado colombiano es un Estado atrapado entre el liberalismo económico y el conservadurismo político”
Sociedad Civil, Estado y Democracia
Ante semejante disyuntiva, una de las alternativas a tomar es la recuperación de la democracia, a través de adelantar un proceso de construcción de la Sociedad Civil. Aquí, se hace imperativo definir el contenido de esta institución socio – política por cuanto, al parecer, no se tiene claramente comprendido el concepto de la misma y, mucho menos, la función que ella debe cumplir; de tal manera que se haya llegado a afirmar, por algunos investigadores, que “quien recurre a la Sociedad Civil como fórmula mágica pronto se encontrará con una formula vacía”, tal vez, por la diversidad de acepciones que encierra la Sociedad Civil, pero que, desde todo punto de vista, solamente se despliega con referencia al Estado. De cualquier manera, la institución en referencia se comprende íntimamente, en su relación con éste; el concepto de Estado; dicho sea de paso, también se debe debatir y tener bien claro, para no caer en los falso criterios y apreciaciones acerca del mismo
Al respecto, algunos ciudadanos entienden a la Sociedad Civil como la parte de la sociedad que no es militar, es decir, la sociedad no armada; desde este punto de vista, a la Sociedad Civil se le observa por medio de la generación de algunos vínculos, que pueden ser laborales, asociativos, gremiales, entre otros; de esta manera, puede entendérsele como aquella organización que busca la unión de los ciudadanos para su defensa y protección porque, desde la otra orilla, es decir, desde el punto de vista del Estado Liberal, la visión se torna un tanto contraria, por cuanto éste protege, da seguridad y bienestar, pero somete, y aliena al ciudadano
Se puede pensar también que el Estado en el sistema de organización política centralizada hace lo propio; contribuye con la igualdad, pero en un solo sentido: propende por la democracia política. Pero el exceso de poder político produce la desmembración de la Sociedad Civil, porque se engendra la falta de adecuación de la democracia política con la económica y la social
Otros pensadores argumentan que el concepto de Sociedad Civil está cargado ideológicamente y, en ese sentido, puede verse como un concepto moderno o quizás, postmoderno, esto es, tomando como referencia al pueblo – al conjunto de los ciudadanos –. Cuando se habla del Estado inmediatamente se le entiende desde la situación social, económica y política; en ese sentido hay que delimitar el poder para ejercerlo dentro de la armonía de todos los elementos que lo forman. Así las cosas, la Sociedad Civil se puede definir como la parte de la población que está por fuera del poder, del establecimiento, que es diferente al concepto que generalmente se tiene de Estado: como unión de poderes
A propósito del Estado, Juan Jacobo Rousseau escribe acerca Del Estado Civil – en El Contrato Social –
“este tránsito del estado de naturaleza al estado civil, produce en el hombre un cambio muy notable sustituyendo en su conducta la justicia al instinto y dando a sus acciones la moralidad que antes les faltaba. Sólo entonces es cuando sucediendo la voz del deber al impulso físico y el derecho al apetito, el hombre, que hasta aquel momento sólo se mirará a si mismo, se ve precisado a obrar según otros principios y a consultar con su razón antes de escuchar sus inclinaciones. Aunque en este estado se halle privado de muchas ventajas que le de la naturaleza, adquiere por otro lado algunas tan grandes, que sus facultades se ejercitan y se desarrollan; sus ideas se ensanchan, se ennoblecen sus sentimientos, toda su alma se eleva hasta tal punto, que si los abusos de esta nueva condición no le desagradecen a menudo haciéndola inferior a aquella de que saliera, debería bendecir sin cesar el dichoso instante en que la abrazó para siempre, y que de un animal estúpido y limitado que era, se hizo un ser inteligente y un hombre
“Reduzcamos toda esta balanza a términos fáciles de comparar. Lo que el hombre pierde por el contrato social, es su libertad natural y un derecho limitado a todo lo que intenta y que puede alcanzar; lo que gana, es la libertad civil y la propiedad de todo lo que posee. Para no engañarse en estas compensaciones, se ha de distinguir la libertad natural, que no reconoce más límites que las fuerzas del individuo, de la libertad civil, que se halla limitada por la voluntad general; y la posesión, que es sólo el efecto de la fuerza, o sea, que no se puede fundar sino en un título positivo
“Además de todo esto, se podría añadir a la adquisición del estado civil, la libertad moral, que es la única que hace al hombre verdaderamente dueño de sí mismo; pues el hombre del solo apetito es esclavitud, y la obediencia a la ley que uno se ha impuesto es libertad Pero demasiado he hablado sobre este artículo, y el sentido filosófico de la palabra libertad no pertenece al objeto que me he propuesto”
He aquí también, algunos apartes Del Principado Civil – escrito por Niccolo Machiavelli en su libro El Príncipe – “vengamos al segundo modo con que un particular llega a hacerse príncipe, sin valerse de nefandos crímenes, ni de intolerables violencias. Es cuando, con el auxilio de sus conciudadanos, llega a reinar en su patria. A este principado lo llamo civil. Para adquirirlo, no hay necesidad alguna de cuanto el valor o la fortuna pueden hacer sino más bien de cuanto una acertada astucia puede combinar. Pero nadie se eleva a esta soberanía sin el favor del pueblo o de los grandes. En toda ciudad existen dos inclinaciones diversas, una de las cuales proviene de que el pueblo desea no ser dominado y oprimido por los grandes, y la otra de que los grandes desean dominar y oprimir al pueblo. Del choque de ambas inclinaciones dimana una de estas tres cosas: o el establecimiento del principado, o el de la república, y el de la licencia y la anarquía. Cuanto al principado, su establecimiento se promueve por el pueblo o por los grandes, según que uno u otro de estos dos partidos tenga ocasión para ello. Si los grandes ven que no les es posible resistir al pueblo, comienzan por formar una gran reputación a uno de ellos, y, dirigiendo todas las miradas hacia él acaban por hacerle príncipe, con el fin de poder dar a la sombra de su soberanía, rienda suelta a sus deseos. El pueblo procede de igual manera con respecto a uno solo, si ve que no le es posible resistir a los grandes, y con el fin de que le proteja con su autoridad
“El que consigue la soberanía con el auxilio de los grandes se mantiene en ella con más dificultad que el que la consigue con el del pueblo ......
“Añádase a lo dicho que si el pueblo es enemigo del príncipe, éste no se verá jamás seguro, pues el pueblo se compone de un número grandísimo de hombres, mientras que, siendo poco numerosos los grandes, es posible asegurarse de ellos más fácilmente”
También, es pertinente hacer mención del concepto que de Estado y sociedad civil manejan Karl Marx y Friedrich Engel –en sus escritos económicos varios–“La burguesía, por ser ya una clase, y no un simple estamento, se halla obligada a organizarse en un plano nacional y no ya solamente en un plano local y a dar a su interés medio una forma general. Mediante la emancipación de la propiedad privada con respecto a la comunidad, el Estado cobra una existencia especial junto con la sociedad civil y al margen de ella; pero no es tampoco más que la forma de organización a que necesariamente se someten los burgueses, tanto en lo interior como en lo exterior, para la mutua garantía de su propiedad y de sus intereses. La independencia del Estado sólo se da, hoy en día, en aquellos países en que los estamentos aún no se han desarrollado totalmente hasta convertirse en clase, donde aún desempeñan cierto papel los estamentos, eliminados ya en los países más avanzados, donde existe cierta mezcla y donde, por tanto, ninguna parte de la población puede llegar a dominar sobre las demás
“Como el Estado es la forma bajo la que los individuos de una clase dominante hacen valer sus intereses comunes y en la que se condensa toda la sociedad civil de una época, se sigue de aquí que todas las instituciones comunes tienen como mediador al Estado y adquieren a través de él una forma política. De ahí la ilusión de que la ley se basa en la voluntad y, además, en la voluntad desgajada de su base real, en la voluntad libre. Y, del mismo modo, se reduce el derecho, a su vez, a la ley”
Dice Luis Guillermo Vasco en su escrito Acerca de Marx y la Antropología que
“El concepto de sociedad civil también está caracterizado por Marx como la visión de la sociedad en términos de una sumatoria de individuos, cada uno concibiéndose a sí mismo y a su vida entera a través de sus intereses personales – básica, pero no exclusivamente económica – y a los demás únicamente como medios que puede usar para conseguir sus propios fines. La sociedad civil es también la <> (Marx, 1996d:404) la sociedad burguesa, es decir, se trata de concebir toda la vida en términos puramente utilitarios”.
Así mismo, es bueno conocer el concepto que de sociedad civil tiene Kant, el cual manifiesta en su escrito Filosofía de la Historia; donde tratando de explicar el hilo conductor de la relación evolutiva natural del hombre y su forma de organización como ser racional, en su Quinto Principio afirma:
“El problema mayor del género humano, a cuya solución le constriñe la Naturaleza, consiste en llegar a una SOCIEDAD CIVIL que administre el derecho en general. Como sólo en sociedad, y en una sociedad que compagine la máxima libertad, es decir, el antagonismo absoluto de sus miembros, con la más exacta determinación y seguridad de los límites de la misma, para que sea compatible con la libertad de cada cual, como sólo en ella se puede lograr el empeño que la Naturaleza tiene puesto en la humanidad, a saber, el desarrollo de todas sus disposiciones, quiere también la Naturaleza que sea el hombre mismo quien se procure el logro de este fin suyo, como todos los fines de su destino; por esta razón, una sociedad en que se encuentre unida la máxima libertad bajo leyes exteriores con el poder irresistible, es decir, una constitución civil perfectamente justa, constituye la tarea suprema que la Naturaleza ha asignado a la humana especie”
Desde estos diferentes enfoques, se puede deducir que el mar de problemas que aqueja a la sociedad colombiana tiene sus propias raíces, históricamente hablando, en la desigual e irregular conformación del Estado, ya que éste se inicia con el nacimiento del sistema capitalista en el país; a la sombra del cual fue posible acomodar el modelo de cooptación política y de concesión económica, suceso que no ha hecho otra cosa sino facilitar la exclusión de la mayoría de la población colombiana de los procesos de organización política, de la actuación en la actividad productiva y, como si fuera poco, de ser beneficiaria de los programas sociales adelantados por los diferentes gobiernos; convirtiendo así, al Estado, en el principal generador de violencia
Desde el punto de vista económico, la exclusión le ha hecho grandes daños al país, por cuanto no ha facilitado la consolidación de un proceso verdaderamente productivo; la actividad económica formal colombiana ha decrecido en los últimos años y el crecimiento de la “economía informal es el resultado de los mesocontratos ad – hoc que existen entre grandes grupos privados y sindicatos públicos y fracciones de la burocracia para poner a su provecho instrumentos de la política económica”
Diseño de la Propuesta
De acuerdo con las anteriores definiciones a cerca de la Sociedad Civil, es decir, la parte de la población que está por fuera del aparato militar de Estado; las apreciaciones de las Corrientes Liberal y de Planificación Centralizada en el Estado; la conformación histórica de la sociedad colombiana y el Modelo de Desarrollo Liberal de principios del siglo XX, hacen pensar que ésta tiene un componente muy amplio; en el cual cabe enumerar a las sociedades gremiales, sindicales, asociaciones civiles y solidarias, uniones civiles, los desempleados, vendedores ambulantes y estacionarios, grupos étnicos y, desde luego, los desplazados
La gama de componentes así definidos permite comprobar lo complejo y difícil que es hablar y en definitiva, integrar una representación verdadera, democrática de la Sociedad Civil ; pero, en aras del ejercicio reflexivo que aquí se plantea, es conveniente tener en cuente el siguiente diseño: definir cuáles son las verdaderas instancias u organizaciones componentes de la Sociedad Civil; elegir uno o más representantes de cada una de ellas, dependiendo de la estructura a conformar, e integrar, desde lo local, es decir desde el municipio, lo que se puede denominar, Junta Local o Municipal de la Sociedad Civil; como la única responsable de la representación y participación o interlocutora de la población con el Estado; tiene que existir representación de los diferentes entes territoriales para facilitar el proceso, tanto de selección de dichos miembros como para los diálogos entre la Sociedad civil y el Estado, es decir, se puede proyectar este esquema a lo regional, nacional, o de acuerdo con la división territorial existente, para darle un contenido sólido a la estructura de representación democrática de la sociedad civil
Frente a las calamidades que vive la nación, se hace urgente consolidar la verdadera democracia en el país; para ello, hay que partir de la construcción de un proceso político serio, que facilite la inclusión de la mayoría de la población marginada en la organización y conducción de la sociedad en su conjunto, valga decir, en lo político, económico y social. Lo anterior es factible con la recuperación de la democracia, a partir de la construcción de la Sociedad Civil; es ella quien puede exigir, en un Estado democrático – del cual debe formar parte legal, – la participación plena en los procesos políticos, el cumplimiento de las leyes y mandatos acordadas, los programas de desarrollo gubernamental propuestos y el mejoramiento económico de todos; para que no sean resueltos estos mandatos por “la ley de la fuerza”. Esta reflexión conlleva a que hay que reformar la actual estructuración del Estado Civil Colombiano; para darle verdadera representatividad a la Sociedad Civil, ya que es la única que puede dar solidez, fortaleza y reconocimiento a los gobiernos democráticos, populares
Al respecto, se escuchan voces que proponen la reforma total del Estado Nacional. El senador Rodrigo Rivera argumenta por ejemplo, que se debe ir “hacia un nuevo federalismo para Colombia” sobre la base de que
“Colombia padece una pesadilla. Por más de cuatro décadas este país privilegiado ha soportado los efectos de una guerra de desangre lento e imparable que ha consumido fuerzas, minando sus esperanzas y cuestionando su viabilidad como Nación. ¿Qué razones pueden explicar semejante situación? Quienes confunden el síntoma con la enfermedad, consideran que no hay paz porque falta diálogo o porque falta bala Desgraciadamente la respuesta no es tan simple. Hay muchas razones que han contribuido al desajuste territorio – nación – gobierno y, por lo tanto, a la guerra. Pero hay, entre ellas, dos estructurales: el centralismo político y la equivocada visión de lo rural”
Otra voz que clama por la reforma del Estado es la del ex presidente Alfonso López Michelsen, quien propone un sistema parlamentario a cambio del presidencial, para evitar el exceso y concentración de poder en el presidente. Así, la elección de primer ministro se haría por parte del parlamento; de la misma manera su revocatoria de mandato
Algo similar sostiene el Ex presidente argentino Raúl Alfonsín para el caso Latinoamericano, que bien encaja para Colombia:
“recuperar la decisión del Estado, porque estamos manejados – mucho más de lo que se supone – por las fuerzas empresariales locales y, externamente, de parte de las presiones que sufrimos de los poderosos. Es una lucha que tenemos que realizar internamente, a través de búsquedas de comunes denominadores de los partidos políticos progresistas, porque, si no, nos va a tragar la derecha. Esto lo veo venir ..... “Aveces tenemos la culpa porque hay casos de corrupción ..... Antes de que sea demasiado tarde, debemos buscar esos comunes denominadores a que hice referencia ..... Creo cada vez más que los sistemas presidencialistas en América latina deben dar pasos a sistemas parlamentarios o semiparlamentarios”
Lo propio afirma Kofi Annam, a propósito de la guerra civil en Haití,
“Esta vez no podemos equivocarnos ..... La crisis actual es resultado, por lo menos, tanto de un comportamiento irresponsable de la clase política haitiana como de las omisiones y deficiencias de los anteriores esfuerzos internacionales. Esto significa que un verdadero éxito incluirá la ayuda para permitir que surjan grupos políticos nuevos y más responsables, partiendo del papel desempeñado durante la crisis por la sociedad civil ..... Unicamente con una participación sostenida junto al gobierno y la sociedad civil podremos construir las instituciones que permiten que la democracia eche raíz”
En el Informe Nacional de Desarrollo Humano Colombia 2003: El Conflicto, callejón con salida, resume el problema así:
“parte sustancial de los remedios pasa por un cambio de enfoque del Estado frente a los conflictos, ante todo agrario, pero también laborales o por los excedentes que generan zonas de ganadería, minería, agroindustrial ..... La política debe retomar el lugar que le quitó la violencia. Los partidos tradicionales, se afirma, se dedican a las elecciones y no a la política y el sistema se ha mostrado incapaz de gestionar los conflictos sociales. Se plantea fortalecer los partidos y abrir la discusión hacia un régimen parlamentario, y un ordenamiento territorial más federal, de regiones grandes y fuertes”
Así mismo, el investigador social Aroldo Guardiola, en su estudio La Regionalización del Caribe Colombiano, se refiere al tema de los desajustes del Estado Colombiano y propone que su orden “es posible y viable desde las perspectivas de la democracia radical, para avanzar en la superación de la crisis político – institucional del Estado colombiano, la resolución del exacerbado conflicto armado y la reconstrucción nacional”
En definitiva, hay que desarrollar un “Proyecto Político – Social para construir la verdadera Sociedad Civil en Colombia”, que permita enfrentar la rampante idea de la globalización, como pensamiento estratégico neoliberal, que con el fatal concepto del egoísmo del individuo actuando en los mercados libremente, se logrará el equilibrio social. El principio del “mercado todo lo hace”, hasta la fecha, no ha sido probado, no ha dado los resultados prometidos, y únicamente ha servido para resolver los ciclos de las crisis del sistema capitalista
Lo novedoso, en este estado de la crisis, sería ensayar la formación de sociedades pequeñas, – lo experimentan algunas comunidades mexicanas y las aún sobrevivientes pequeñas sociedades indígenas – como elemento básico de formación de la Sociedad Civil, que se auto determinen, que se den sus propias autoridades y leyes; para no permanecer, como en las naciones latinoamericanas, en elección tras elección de gobernantes, que sólo conducen a corroborar lo que en psicología se denomina las `Desesperanzas Aprendidas´; traducidas éstas como el engaño, por delante, de las promesas de los gobernantes y la decepción de los gobernados en cada periodo electoral; esas circunstancias facilitan encontrar la aparición de fenómenos poco comprensibles pero que, a la postre, resultan una verdad, consecuencia de la decepción precisamente, como es el caso en el país de “elige en un periodo a un presidente para que haga la paz y en el periodo siguiente a otro para que haga la guerra”. Todo esto da cuenta de una sociedad desorientada, confundida, desquiciada
En el vaivén de esos procesos es donde se diluye la sociedad, especialmente la clase media, que como producto del empobrecimiento económico se pliega a la clase marginada, politizando así el conflicto; es ahí donde se hace necesario consolidar la vocación democrática de los pueblos de América Latina, de manera muy especial de Colombia, a través de construir y hacer fuerte, desde lo político, económico y social a la democracia por medio de la construcción y fortalecimiento de la Sociedad Civil; para evitar las auto representaciones en las instancias donde se hace necesaria e indispensable la participación amplia y verdadera de dicha colectividad. Situación totalmente contraria ha sucedido en el pasado reciente de los diálogos de paz en el país, donde personas de manera autónoma participaron en representación de la Sociedad Civil, y aún participan, apoyando políticas y firmando acuerdos que incluso, van en contra de la propia sociedad civil a la cual ellos dicen representar
Hasta en la esfera internacional actúan haciendo lo propio, como se puede leer en el dominical del periódico El Tiempo, del domingo 24 de Agosto del 2003:
“Hoy no es únicamente la búsqueda de la sobrevivencia, sino la necesidad de que la sociedad civil sea más efectiva; solo con una sociedad civil bien organizada, el país estará en posición de confrontar la violencia. Este fue el tema sobre el cual más de una docena de personas de distintas asignaturas representaron a la sociedad civil colombiana, en la conferencia auspiciada por el Centro de Estudios Latinoamericanos David Rockefeller y el Programa de Estudios de Sanciones no Violentas y de Sobrevivencia Cultural en el Centro Weatherhead para Relaciones Internacionales de Harvard, cuyas contribuciones fueron plasmadas en la reciente edición de Revista, The Harvard Review on Latin América, lanzada en Bogotá el 19 de agosto en la Luis Ángel Arango”
La idea fundamental, en este trabajo, es la de motivar puntos de encuentro en la comunidad colombiana que faciliten el dialogo para la reconstrucción de una Sociedad Civil fuerte, representativa de todos los grupos sociales, que sirva de interlocutor válido entre el Estado y la Sociedad, para la planeación y realización del proyectos político que resuelva, con la inclusión de todos, el problema que nos acaba por igual: exclusión – violencia

Referencias Bibliográficas
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Constitución Política de Colombia, 1991
CORREDOR, Consuelo. La Modernización Inconclusa. Desarrollo económico y social en Colombia. Siglo XX. Editor. Gabriel Misas, 2001
El Tiempo. Lecturas Dominicales.24 Agosto del 2003
El Tiempo. Entrevista / Alfonsín habla sobre partidos progresistas en América Latina. 9 de Mayo del 2004
GUARDIOLA, Aroldo. La Regionalización del Caribe Colombiano. Ideas Políticas y Enfoques Económicos 1981–1999
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“Sin un desarrollo en el Pensamiento Humano, no podrá  haber Desarrollo de Estado, ni Cambio Social” FAOM.